El viernes 18 de septiembre, Juan Carlos Junio –secretario general del Partido Solidario- participó del conversatorio organizado por el Frente de Mujeres y Diversidad sobre economía feminista, diversidad y géneros y Ciudad de Buenos Aires.
Verónica De Luca, responsable del Frente de CABA, fue la encargada de dar la bienvenida a la actividad y explicó el objetivo del encuentro: “pasamos seis meses de un aislamiento que atravesamos desde diferentes realidades pero la política no quedó aislada”. En este sentido, destacó la necesidad de debatir sobre las diferencias entre el gobierno nacional y el porteño frente a la pandemia; las actividades del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y las desigualdades de género que se profundizan en este escenario sanitario.
“Estamos atravesando una situación de grandes tensiones políticas. Venimos de un gran triunfo político electoral. Vamos avanzando en el rumbo que se planteó el gobierno al asumir y la derecha trata de impedirlo por todos los medios”, afirmó Junio al comenzar su charla. “Los derechos se logran por la lucha social y política. Por ejemplo, la Ley Sáenz Peña fue en 1912 y la del voto femenino 40 años después. Pasaron dos generaciones para que algo que es tan sustancial, en donde se negaba un principio democrático tan central se lograra instituir en un derecho”, agregó.
“La llegada del gobierno nacional y popular de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner nos permite mejores escenarios para desplegar la lucha política en la conquista de nuevos derechos, aunque haya que librar la gran batalla cultural, la más compleja, la de derrotar conceptos reaccionarios y segregacionistas”, comentó Junio y en este sentido señaló la importancia de la reciente implementación en el Senado del cupo laboral travesti/trans. “Estamos ante un reto de la época y vale la pena tomar la política en nuestras manos y seguir luchando en pos de las conquistas”, concluyó.
“La pandemia visibiliza y refuerza desigualdades estructurales que se profundizan más desde una perspectiva de género”, comentó Gabriela Nacht, referenta nacional del Frente de Mujeres y Diversidad, quien al mismo tiempo destacó la importancia de atravesar este contexto bajo un gobierno popular con un Estado presente y un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Nacht sostuvo que durante la pandemia la economía llamada «productiva» cae mientras que el trabajo no remunerado (tareas de cuidado dentro del hogar que recaen en su mayoría sobre las mujeres) se sostiene e incrementa. Si representaba un 16 del PBI en condiciones anteriores a la pandemia actualmente es de un 22%. “Entonces, ¿qué economía es la que se paró?”, reflexiona. “En realidad lo que sucede es que esta otra economía (la de reproducción) que está absolutamente invisibilizada no es optativa, no puede parar, porque si parase se acabaría literalmente la vida”, agregó. La referenta comentó que otra de las características de la economía de los cuidados es que se trata de una esfera privatizada ya que ocurre puertas adentro: “cuando la política acontece dentro de lo público y es una herramienta para la transformación de la sociedad. Esconderlo puertas adentro significa retirarlo de lo político e invisibilizarlo”, observó. “También se trata de un ámbito feminizado. El ingreso de las mujeres en el mercado de trabajo se ha estancado en los últimos 30 años porque si bien hay más mujeres que participan de la vida pública, sea en el mercado de trabajo, en la vida política o académica, no hay varones que trabajen en el mundo mal llamado privado, el de los cuidados. Si bien hoy en día se piensa que una mujer puede ser ingeniera, presidenta, astronauta, lo que sigue estando en duda es que el varón pueda dedicarse a las tareas de cuidado”, destacó.
“Hay un punto donde seguimos cayendo en una binariedad que califica a las mujeres como las únicas capaces para sostener esos trabajos y se sigue deslegitimando estos espacios en la vida pública. E incluso, las personas que no cumplen con esa binariedad son excluidas completamente del sistema. Las cosas no pasan por mero paso de tiempo, sino por la acción política, consciente y organizada”, concluyó.
“La invisibilización de la estructura patriarcal dentro de nuestras sociedades es uno de los enormes desafíos sociales y simbólicos que se rescatan en las luchas feministas”, afirmó Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “Ocupar la calle y reclamar justicia nos llevaron a instalar el «paren de matarnos» y la necesidad de una línea de políticas públicas al primer nivel. El Ministerio justamente responde a esa expectativa que sitúa el movimiento feminista en la calle. Necesitamos que la primera línea de las políticas públicas incluya las perspectivas de género y diversidad para poder ponerle un límite a la violencia machista y patriarcal”, agregó. En este sentido, Rueda destacó que las dinámicas de las instituciones también reproducen lógicas patriarcales y que “el enorme desafío dentro del Ministerio es tensar para que no se aplanen nuestra luchas y, al mismo tiempo, que las políticas públicas recuperen estos escenarios de lucha. Y uno de ellos tiene que ver con la población trans”. Comentó también que no hay información pública que registre la cantidad de personas trans que residen en el país, pero hay un dato que refiere a la perspectiva de vida: “El modo en que expresamos nuestra identidad de género y el impacto dentro de las instituciones del Estado, la expulsión en el sistema educativo y de salud han creado una cadena de violencia que termina con muertes evitables. La población trans tiene un promedio de vida de 40 años como resultado de una violencia estructural que anida en nuestra sociedad”. Además, sostuvo que en el mercado laboral tampoco está resuelto el tema de la inclusión. “Entre el 80 y el 90% de la población trans nunca tuvo un empleo formal, y también en este porcentaje el destino es la prostitución”.
“Las políticas transfeministas que podamos adoptar dentro de nuestro Ministerio deben partir de este análisis de la realidad. Vivimos en sociedades desiguales que nos afectan de maneras distintas a partir de la noción de la intersección y la perspectiva de género. El cupo trans en el Senado ha sido y es un momento histórico porque es una respuesta directriz que muestra que el Estado tiene una responsabilidad. Es muy necesario contar con herramientas de políticas públicas que respondan a esos diagnósticos, a esas agendas sociales traducidas en políticas públicas para construir sociedades más justas y diversas”, concluyó.
La convocatoria contó con la participación de militantes de diversos puntos del país.