Minuto Uno | Opinión
Dujovne finalmente admitió que la inflación este año estará muy por encima de lo que había proyectado al tiempo que el gobierno impulsa una rebaja en las jubilaciones.
El ministro Nicolás Dujovne reconoció que «probablemente» la inflación de este año llegue a 21%. Mucho se decía del anterior gobierno sobre la medición de la inflación, pero lo extraño es que el Ministro actual recién repara que la inflación del INDEC estaría lejos de la banda de 12-17% que se habían propuesto. ¿Se habrán equivocado y en lugar de 12 era 21? En noviembre se estima que el precio de los alimentos andará por el 1,6% de aumento, y a no olvidarse que la comida sube siempre para las fiestas. Habrá que anticiparse y congelar el matambre.
Otro tema insoslayable de estos días es el zafarrancho que han hecho con el precio de los combustibles. Hace un mes Juanjo «Shell» Aranguren lo liberó, una suerte de «precios liberados» para que lo determine el mercado internacional. Vale aclarar que no es una suerte de mercado abstracto o neutral. En realidad serán los países productores de crudo y las grandes corporaciones petroleras internacionales las que definan el precio. Primero dijeron que iba a bajar, pero subió 10%. Después informaron que se venía «la baja» modificando una fórmula de los biocombustibles. Sí, bajó; pero un 1 y pico, como para decir que sube y baja. Duró lo que un suspiro: los productores nacionales de biocombustibles protestaron, entonces Aranguren se ve obligado a arrepentirse. Retrocede, pero no sobre sus pasos, sino sobre este último paso. Y como al perro flaco no le faltan pulgas, el precio internacional está volviendo a subir. Así que ya se está hablando de otro 10% de aumento que se colaría antes de fin de año. Como vemos, en la práctica, en materia de aumentos a las naftas, vamos de diez en diez.
Pero continuemos con los «éxitos»: nos dicen que la economía viene volando, que el nivel de actividad económica del INDEC publicado el jueves dio un crecimiento en septiembre del 3,8% anual. Pero se soslaya que en realidad sube luego de que antes bajara drásticamente.
El mismo mes del año anterior fue muy malo, y si vemos la tendencia, está muy planchado todo. Estamos prácticamente igual que hace dos años. Así que los CEOs nos tuvieron dos años entreteniendo mirando hacia atrás, para descubrir ahora que estamos empantanados con el mismo nivel de actividad e inflación de 2015, pero con recortes de derechos y más deuda externa, que ya pagan todos los ciudadanos.
Muchos se preguntan con la llegada de la Navidad, ¿dónde andará Papá Noel? Si hay alguien que supo sacarle el jugo a Papá Noel es Coca Cola. Ahora resulta que la multinacional de la felicidad y de la buena onda mostró los dientes. Reclama perentoriamente que le bajen los impuestos a las gaseosas. Lo hizo amenazando que iba a cancelar 1000 millones de dólares de inversiones prometidas. El poder económico sabe que es un gobierno amigo, de capitalistas millonarios. Por eso, al clásico lamento de la UIA y sus reclamos sectoriales, se ha sumado el oligopolio de los supermercados. El señor Braun, dueño de La Anónima, no dudó en hacer pública su presión, a pesar de ser familiar del Jefe de Gabinete y del Secretario de Comercio. «No hables con extraños las cosas de la familia», dirían los Corleone. Sin embargo, el hombre no se contiene por sus lazos familiares y también hace lobby por sus intereses.
Con este juego de que cometen errores y se corrigen, o que dan lugar al diálogo para «que cedan todos un poco» surge un interrogante obligado: ¿con todos? No. Ahora quieren simular que ceden con los jubilados, o mejor dicho con el senador Miguel Angel Pichetto, quien logró un magro 0,4% de mejora por encima de la propuesta del Gobierno para la actualización de las jubilaciones en la reforma previsional. Que viene a ser un «logro» de $36 por mes. Lo cierto es que los jubilados con la fórmula vigente cobrarían 12% de aumento, y ahora sólo 5,6%. Menos de la mitad. Eso sí, los medicamentos suben a otro ritmo. Según la Universidad Nacional de Avellaneda, desde que asumió Mauricio Macri subieron el 102% y algunos mucho más: para la tiroides 183%; broncodilatadores 157% y antiespasmódicos 134%.
Encima los abuelos tienen que tragarse que el «pibe» Emilio Basavilbaso de la ANSES pontifique que «las jubilaciones de Argentina son las más altas del mundo». Hasta las comparó con Finlandia, cosa que no es verdad. Acá la mínima equivale a 335 euros y allá es de 753 euros, el doble. ¿Está tan confundido? ¿Ignorará cómo están nuestros viejos jubilados? Lo cierto es que el jefe de la ANSES pretende que las jubilaciones no aumenten por encima de la inflación como hasta ahora, ya que los viejos «cobran lo suficiente».
Seguramente, los $36 de Pichetto y la jubilación finlandesa de Basavilbaso harán carrera en la memoria de un cruel sinsentido.