Este país muchas veces estuvo sin Constitución, sin democracia, sin vigencia de la ley.
Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo son el símbolo de la lucha contra ese país sin leyes, y de la recuperación de la democracia para todos los argentinos.
Esta mujer de 87 años, que tiene dos hijos y una nuera desaparecidos, fue encarcelada muchas veces durante la última dictadura cívico-militar, robaron y rompieron su casa, torturaron a su hija, la difamaron e intentaron asesinarla.
Hebe se expuso, peleó y militó incansablemente para volver a vivir en un país con plena vigencia de las leyes.
Y ahora, una justicia de dos velocidades, que avanza muy rápido en algunas causas y carece de movimientos en otra, genera un escenario mediático para situarla «fuera de la ley» y de «los procedimientos de la justicia».
Hebe fue a ese juzgado muchas veces, entregó sesenta cajas con documentación y numerosos archivos informáticos, se puso en reiteradas ocasiones al servicio de los jueces.
Simplemente, con su negativa a concurrir al juzgado en esta oportunidad, está denunciando a una parte de la justicia que se sumó a la operación de castigo y disciplinamiento de los sectores políticos, sociales, culturales y sindicales que, en la última década, apostaron por la construcción de un país grande, inclusivo y solidario.
Toda nuestra solidaridad con la querida Hebe y las Madres de Plaza de Mayo.
Madres de la Plaza, el pueblo las abraza.