El reciente diputado nacional en ejercicio y referente del Partido Solidario, Juan Carlos Junio, fue entrevistado por el periodista Jorge Vilas de la revista Acción. Durante el reportaje, Junio habló sobre la relación del cooperativismo con la política, y sobre las prioridades sociales y políticas que hay que llevar adelante en este nuevo período político.
–¿Qué significa para un dirigente cooperativista acceder a una banca en el Poder Legislativo?
Nuestro movimiento siempre tuvo una profunda preocupación por los problemas de la política, más allá de que no teníamos una participación directa de carácter institucional, porque es un movimiento social, cultural, reivindicativo. Sin embargo, la política nunca nos fue ajena. En los últimos años surgió la idea de la conformación del Partido Solidario, con el que fuimos a la arena política y en muy corto tiempo, menos de un lustro, obtuvimos una representación muy valiosa.
Nosotros somos un movimiento social, reivindicativo, que a lo largo de más de 50 años ha desplegado acciones de lucha, además de concientización y de esclarecimiento en los sectores medios de la sociedad. Acá lo que se incorpora es una visión de carácter político y de combinación de la lucha social con la representación en los espacios políticos. Creo que eso es una visión mucho más completa en un afán de vocación política en función de contribuir desde nuestro lugar con la transformación social.
–El cooperativismo aparece, en el actual contexto de una crisis internacional profunda, como una alternativa de gestión económica de emprendimientos de distinta naturaleza. ¿Creen que se refleja esta potencialidad en los debates globales?
Hay una crisis de propuesta a la sociedad planetaria clara y evidente que tiene grandes fisuras por donde, precisamente, avanzan nuevos movimientos políticos y sociales. Nosotros como cooperativistas venimos trabajando desde hace muchos años, reconociendo esta crisis orgánica del capitalismo y proponiendo transitar otros caminos. Uno es el planteo de incrementar el rol del Estado, y en este punto volvemos a una idea de Floreal: que haya más Estado, pero con más participación social y más control democrático. Es decir, una visión renovadora del Estado con vistas a que ocupe un papel más trascendente en áreas que ahora ocupa este capitalismo salvaje. Y la otra cuestión es la del cooperativismo. Se viene una fase donde tenemos la convicción de que el cooperativismo de todas las ramas está llamado a tener un papel mucho más importante y trascendente en términos estratégicos.
-¿Cuál es su interpretación del resultado del proceso electoral?
Hay una afirmación muy fuerte de la legitimidad del gobierno de CFK y apoyo al rumbo general de este gobierno. El electorado vota por las razones más diversas, siempre fue así. Sin embargo, podríamos sustanciar que hay un apoyo explícito al rumbo general. El rumbo es todo, la economía, las finanzas, la política exterior, la política cultural, la salud, la educación, etcétera. Por lo tanto allí hay un dato que no es obvio, hay que significarlo muchísimo en términos políticos. El otro elemento que aparece es que el 23 de Octubre se registró una fuerte derrota de la derecha política en la Argentina. Diría incluso que hay una cuestión axiomática: cuanto más de derecha, menos votos. Por lo tanto se fortalece muchísimo la posibilidad y la necesidad de profundizar este proyecto porque el Gobierno sale legitimado y queda debilitada la alternativa de la derecha. En síntesis, nuestra convicción, al igual que el Gobierno, es que hay grandes condiciones políticas, sociales y culturales para profundizar este proyecto, hay grandes condiciones para continuar con los grandes cambios y transformaciones sociales que aún nos debemos.
-Haciendo un balance desde 2003 a la fecha, ¿cuáles son para ustedes los principales logros y asignaturas pendientes del kirchnerismo en el gobierno?
Tenemos como visión política central que para ir por más hay que afirmar lo actual. Necesitamos recuperar ingresos para el Estado para que pueda atender tantas necesidades aún insatisfechas. Hay importantes niveles de pobreza, de indigencia, hace falta mucha inversión en infraestructura luego del paso del huracán de los 90, la vivienda es una necesidad imperiosa… Todo eso requiere de enormes cantidades de recursos y a partir de la legitimidad que otorga el triunfo electoral creo que existen grandes condiciones para profundizar este modelo. Una cuestión que debe revisarse y por la cual tenemos que ir a un debate importante es el tema de la matriz de los recursos naturales, que están regidos por la ideología ultraneoliberal del menemismo. Existe una enorme riqueza en nuestro subsuelo que está subsumida a favor de los intereses de grandes corporaciones multinacionales, fundamentalmente en el tema de la minería, cuyas regalías son ínfimas y es una actividad que no tiene ningún cuidado por la naturaleza. Otra prioridad es una reforma impositiva que cambie el sentido de algunos de los elementos sustanciales de la actual concepción de la matriz impositiva argentina basada en impuestos al consumo como el IVA, cuando se deben gravar más los patrimonios y las ganancias. Para nosotros es fundamental la reforma de la ley de Entidades Financieras. Insistimos mucho en que no se trata sólo de un enorme simbolismo, que derribaría una de las grandes leyes del sistema político de la dictadura, como dijo en su momento José Alfredo Martínez de Hoz, sino que significará un aporte en eso de ir por más, porque ayudaría a una gran democratización de la economía en la Argentina. Por allí irían algunas de nuestras preocupaciones principales, además de otras como la «ley Pyme», para seguir fortaleciendo y fomentando a las pequeñas y medianas empresas, y algunas de carácter cultural, entre ellas, la ley de Escritores.