La pata renga anunciada nunca se presentó

Una pingüina que no paró de hacer y decir
Tiempo Argentino | Opinión

Se va un 2014 regido por una importante capacidad de gestión, legislación trascendente y medidas que demuestran la importancia de la intervención estatal.
Por Juan Carlos Junio

Concluye un año intenso y complejo, en el cual el gobierno nacional demostró su capacidad de gestión, en un contexto económico internacional complicado –signado por la crisis global del sistema capitalista– que terminó afectando la actividad económica de nuestra región.
El ajuste cambiario de enero trajo como consecuencia la elevación de las tasas de interés bancario, medida que si bien en un principio tranquilizó los ánimos en el frente financiero, no resultó inocua respecto de la evolución de los precios y de la economía real. A este cuadro se agregó la agudización del conflicto con los buitres, tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de no aceptar el caso, avalando indirectamente a los usureros internacionales.
En este marco, las autoridades nacionales no fueron pasivas frente a la habitual ofensiva de las corporaciones por apropiarse de los ingresos de los trabajadores. En tal sentido, el programa de Precios Cuidados resultó una iniciativa exitosa. Posteriormente se implementaron mecanismos como el swap de monedas con China, que además derribó el sofisma de que Argentina está aislada del mundo.
En el listado también hay que incluir el acuerdo con los cerealeros para la liquidación de dólares, venciendo su reticencia inicial.
Todos estos logros contribuyeron a recuperar tranquilidad en la plaza cambiaria, derivando en un trascendente cambio en la tendencia de la evolución de reservas internacionales, que terminan el año superando los U$S 31 mil millones. Ciertamente, hubo que atravesar un contexto de restricción de divisas e implementar una política de administración de las reservas internacionales que asegure los requerimientos de importación de productos industriales y de consumo, así como también los pagos de la deuda externa. En este marco, para el promedio de todo el año se espera un crecimiento del PBI menor al 1 por ciento.
Uno de los mayores impactos de la crisis internacional se observa en la industria, con una contracción cercana al 2,5% para el promedio anual, aunque hay que señalar la fuerte influencia que el sector automotriz ha tenido en ese resultado. Si se excluye ese segmento, el promedio de la actividad en el resto del espectro industrial registra una suba interanual del 1,1% durante los primeros diez meses del año.
Entre los sectores que mostraron desempeños muy importantes en términos de producción está el agrícola, con una cosecha total que superó los 110 millones de toneladas, cifra que se prevé mantener en la campaña 2014/15.
En el plano de las medidas económicas, las autoridades continuaron eligiendo enfrentar la crisis con un programa heterodoxo y no a través de la variante del «ajuste» ortodoxo. Así, a mediados de año se fue atenuando el impacto inflacionario inicial de la devaluación y comenzó a generarse un cambio en la percepción de la sociedad respecto de los verdaderos responsables de la formación de precios.
Como parte del conjunto de medidas anticíclicas, se destaca la Línea de Crédito para la Inversión Productiva, que desde su lanzamiento en 2012 ya lleva otorgados más de $ 100 mil millones, beneficiando muy especialmente a las pymes. Se sumaron iniciativas de financiación como el Pro.Cre.Auto y en septiembre se implementó el programa Ahora 12, que ya acumula ventas por más de $ 4500 millones en distintos rubros de consumo con producción nacional. Además, es ponderable la vigencia del Programa de Créditos para la Vivienda Pro.Cre.ar, que lleva dos años y medio de ejecución con más de 130 mil créditos otorgados, de los cuales 54.226 viviendas ya fueron finalizadas.
También se desplegaron políticas a fin de garantizar tanto el nivel de ingresos de la población como el sostenimiento de los puestos de trabajo. Se renovó el programa que subsidia parte del salario a empresas en crisis (REPRO) y se implementó el Pro.Emplear (de fomento a la inserción laboral juvenil). El Congreso aprobó la nueva Ley de Promoción del Trabajo Registrado y Prevención del Fraude Laboral, que incentiva la formalización de los trabajadores a través de la reducción progresiva de los costos laborales, especialmente en pequeñas empresas, incorporando además, un elemento sancionatorio al crear el Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales (REPSAL)
Entre las leyes económicas del año, hay que destacar el trío conformado por la de Regulación de las Relaciones de Producción y Consumo, la que crea el Observatorio de Precios y la Ley de Sistema de Resolución de Conflictos de las Relaciones del Consumo. Estas iniciativas encontraron un fuerte rechazo de las principales cámaras empresarias, pero resultan fundamentales para evitar los abusos de los grandes monopolios formadores de precios, regulando sus ganancias extraordinarias y favoreciendo a los consumidores, o sea, los ciudadanos de la Nación. Se trata de una extensa lista de iniciativas parlamentarias, a las que hay incluir la reciente creación de la Comisión Bicameral para evaluar el modus operandi de aquellas empresas y particulares que fugan divisas al exterior.
También se actualizaron los montos de la Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo y las Asignaciones Familiares, con incrementos del 40% en el año. Con respecto a las jubilaciones, además de los dos incrementos anuales ya establecidos que sumaron un 30,5%, una nueva ley convoca a otra moratoria para incorporar a 475 mil nuevos jubilados. De esta manera, se irá incluyendo a la seguridad social prácticamente la totalidad de las personas en edad de jubilarse, conformando el sistema previsional con mayor cobertura de Latinoamérica.
Termina diciembre, sin saqueos «programados» y sin señales a la vista del pregonado «caos» social. Se va un 2014 regido por una importante capacidad de gestión, legislación trascendente y medidas que demuestran la importancia de la intervención estatal. El año estuvo signado por la fuerte iniciativa política de Cristina Fernández, quien ejerce el poder democrático en plenitud, dejando en falsa escuadra a los «serios» politólogos de derecha que preanunciaban una presidenta con el síndrome norteamericano del pato rengo. Son enseñanzas relevantes de cara al proceso eleccionario de 2015, que abonan los verdaderos debates que se debe encarar para seguir fortaleciendo la transformación estructural y la igualdad social.

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