Junio: «Es fundamental la batalla contra la monopolización no sólo de productos y contenidos sino de ideas»

LEY DE FOMENTO A LA PRODUCCIÓN AUTOGESTIVA DE MEDIOS GRÁFICOS

“Esta ley es una herramienta para fortalecer al periodismo cultural independiente, un sector importante de nuestra sociedad que, a lo largo de la historia, construyó espacios para visibilizar y denunciar tanto los crímenes de las dictaduras militares como las consecuencias culturales, políticas y económicas de las avanzadas del neoliberalismo en los noventa.” Las palabras son del diputado nacional del Frente Nuevo Encuentro y director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Juan Carlos Junio, quien selló con su firma el respaldo a la Ley de Fomento para la Producción Autogestiva de Comunicación Social por Medios Gráficos y de Internet, presentada el 14 de mayo en el Congreso Nacional y que en las próximas semanas será tratada por las comisiones de Cultura, Comunicación y Presupuesto y Hacienda.

El legislador consideró que las revistas culturales también tienen un rol fundamental en el presente porque “en estos días de consolidación de la democracia y de profundización de un proyecto político de inclusión social y de ampliación de derechos, dan voz a realidades y a una multiplicidad de creaciones culturales que el mercado y los medios de comunicación masiva dominante aún excluyen”.

En ese sentido, Junio recordó que “Floreal Gorini, uno de los referentes políticos más importantes del movimiento cooperativo del que venimos, decía que ‘el camino hacia la utopía requiere de muchas batallas, pero sin dudas la primera es la batalla cultural’.

La ley de fomento a las revistas culturales fue presentada por el diputado del FpV Jorge Rivas y cuenta con el respaldo de Junio y más de una decena de diputados: Héctor Recalde, Mara Brawer, Adriana Puiggrós, Liliana Ríos, Remo Carlotto, María del Carmen Bianchi, Carlos Heller, Silvina García Larraburu, Edgardo Depetri y Omar Plaini. Además, el proyecto cuenta con las adhesiones de la Universidad de Buenos Aires y las universidades nacionales de Lomas de Zamora, Quilmes y La Plata. También recibió el respaldo del IUNA y la Fundación Walter Benjamín.

“Dado que esta iniciativa busca profundizar la democratización de la palabra, la acompañamos con convicción pues consideramos fundamental la batalla contra la monopolización no sólo de productos y contenidos sino fundamentalmente de ideas. Vivimos días de intensa lucha en defensa del proceso de transformación social que lleva ya una década y la Producción Autogestiva de Comunicación Social por Medios Gráficos y de Internet es un sector indispensable por el aporte diverso de miradas sobre cómo  recorrer este camino para hacer de Argentina un país mejor, más justo e igualitario. Por eso hay que fortalecer esas experiencias desde la política con instrumentos como esta ley”, afirmó el director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

-¿Cuál es el aporte de las revistas culturales para ampliar el debate democrático?

-Es fundamental. La perspectiva que ofrecen, que escapa a las lógicas estrictamente comerciales que hegemonizan el mercado editorial y con frecuencia también el campo de la comunicación, pone el acento en la convivencia de diferentes modos de percibir y expresar la vida. No buscan el lucro sino una sostenibilidad que depende estrictamente del trabajo colectivo: compartimos la propuesta del proyecto de ley pues entendemos que “las publicaciones culturales independientes y autogestivas serán cada vez más importantes si crecen en cantidad de títulos porque así se estarán multiplicando públicos, ideas y creaciones”, tal como se señala en los fundamentos.

-¿Cómo impacta socialmente asegurar el sostenimiento de este tipo de medios de comunicación?

-Constituye un aporte rico para la ciudadanía que busca informarse y así formar su propia opinión sobre los temas que afectan su vida cotidiana no sólo a través de los grandes medios de comunicación masiva, cuyas agendas obedecen a lógicas noticiosas que con frecuencia no reflejan las problemáticas culturales, políticas o económicas regionales y mucho menos locales, sino que se estructuran en base a intereses e imaginarios que tienen más que ver con los problemas de las grandes ciudades o con  los debates nacionales de coyuntura. Y más aún: en el caso de las corporaciones económicas que monopolizan la comunicación, como el Grupo Clarín, lo que sucede es que las agendas periodísticas que imponen desde sus diarios, revistas y portales de internet manipulan la información de acuerdo a sus intereses económicos y políticos y no desde el punto de vista que corresponde, que es entenderla como un derecho de la sociedad y en pos del bien común.

-¿Allí radica la importancia de fomentar la multiplicidad de voces también en la prensa gráfica?

-Por eso es tan importante la batalla política y cultural contra esos bloques de poder, por eso es necesaria la multiplicidad de voces y miradas. Nosotros, en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, difícilmente sabríamos bien qué pasa en los barrios populares sin medios como la Garganta Poderosa (revista de cultura villera que se edita en Zavaleta). O, a pesar de la brutalidad con que reprimió la Policía Metropolitana siempre que intervino, sin la presencia de medios alternativos o independientes nos habría resultado imposible saber qué pasó en el desalojo violento de la Sala Alberdi, donde hubo heridos con bala de plomo.

-¿Cómo impulsaría este proyecto de ley la generación de nuevos puestos de trabajo directo e indirectos y el aumento del PBI Cultural en la participación de la Economía, destacado por la Presidenta en un discurso reciente?

-Cuando hablamos de “cultura”, no hablamos sólo de lo simbólico sino también de una actividad económica. La cultura no sólo la componen las expresiones artísticas y tradicionales de nuestra sociedad sino que es un campo de actividad económica importante para el país. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó recientemente que “en estos diez años el PBI cultural alcanzó el 3,8 por ciento del PBI total de la economía con lo cual supera en porcentaje a la minería y a la pesca”. Este dato es contundente: no hablamos entonces sólo del aporte en términos de ideas a la batalla cultural para la profundización del proceso de transformación en Argentina, sino también de recursos de un volumen importantísimo, que emergen de un círculo virtuoso de crecimiento y formalización del empleo en el que queda claro que cuando desde el Estado se fortalece y se acompaña con políticas públicas la actividad de la sociedad en general, y en el campo cultural en particular, el resultado es bueno.

-¿Y que rol ocupan los emprendimientos autogestivos?

-Las cooperativas son un actor central de este fenomenal crecimiento del PBI cultural de la última década. Cuando el país estaba en ruinas, muchos argentinos encontraron la salida a la crisis organizándose cooperativamente para autogestionar sus trabajos y producir, pero también para hacer arte, para construir cultura. La “retirada” del Estado dejó desprotegido al pueblo y fue el pueblo quien solidariamente reconstruyó no sólo el mapa productivo y laboral, sino también los lazos sociales que el neoliberalismo había destruido. Aquí radica la importancia de crear leyes que protejan, fortalezcan y acompañen, por ejemplo, el desarrollo de empresas sociales vinculadas a la comunicación. Es importante que el Estado propicie las condiciones necesarias para generar formas concretas de vinculación con el desarrollo de la actividad económica a través de las cooperativas y las empresas sociales. Estimular la consolidación de toda una red de productores y prestadores de servicios culturales garantizará el sostenimiento de este proceso de crecimiento, la generación de nuevos puestos de trabajo directos e indirectos y el aumento del PBI Cultural.

-¿Por qué es necesario proteger la distribución de revistas culturales?

Impactar sobre la distribución, sector hoy altamente concentrado, equivale a pensar en la democratización de la llegada a los puntos de oferta y comercialización de diarios y revistas, por ejemplo. Las condiciones para una buena distribución (cantidad de ejemplares impresos, volumen de venta y costo de la devolución que debe absorber la cooperativa) son aspectos que esta Ley va a contribuir a equilibrar. Hoy son determinantes para la subsistencia y marcan una profunda desigualdad entre quienes cuentan con los recursos económicos para afrontarlos y quienes no. Tenemos claro que, al margen de la calidad e interés que una revista cultural pueda tener, si no accede a una correcta distribución no se conoce en la calle, y si no se conoce en la calle no se vende, lo que equivale a decir que sin buena distribución un diario o una revista cultural independiente está condenada a desaparecer.

Entrevista publicada por la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (ARECIA)

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