El Servilismo Avanza

Página/12 | Opinión

stá en su naturaleza. El presidente Milei se someterá incondicionalmente al FMI y claudicará ante Gran Bretaña renunciando al reclamo histórico de soberanía de nuestras Malvinas. Un cipayismo en toda la línea que exhibe impúdicamente su admiración a Margaret Thatcher y a la decadente monarquía inglesa, a D.Trump, E.Musk y los magnates que ejercen el poder en el epicentro de un sistema capitalista que desnuda su crisis civilizatoria como modelo económico y propuesta social y cultural para los pueblos.

La desesperación del presidente para sacarse una foto con Trump, viajando por novena vez a una de las conferencias organizadas por fanáticos ultraderechistas que se premian entre ellos, exhibe el carácter del gobierno y el fracaso de su mentado “exitoso” plan económico. En momentos en que, todos los líderes mundiales están elaborando respuestas contra reloj que contrarresten el sacudón del tablero geopolítico provocado por la agresiva política arancelaria de los Estados Unidos, Milei fue a Mar-a-Lago, con el objetivo de lograr el encuentro con su “amigo”. Esta vez lo desairó sin mosquearse. No hubo magia. Pero aún si lo hubiese conseguido no se verifica que calmaría el frío corazón de los mercados que siguen drenando las reservas del Banco Central. “Mi reino por un caballo”, exclama Ricardo III de William Shakespeare, cuando su caballo muere en la batalla para salvarse. Milei para salvar su proyecto político y su destino personal mesiánico, entrega las riquezas del país con su pueblo adentro, por un trato arancelario diferenciado y un nuevo préstamo del FMI. Cierto es que no estuvo solo: el establishment lo apoya, ya sea explícitamente, con sus silencios o algunos tapándose pudorosamente sus fosas nasales.

Quizás haya quienes consideren a la palabra cipayo un anacronismo, sin embargo en el caso del gobierno anarcolibertario es aplicable en todo su sentido ya que define claramente a un gobierno que se subordina gozosamente al mandamiento del poder extranjero. El día en que se conmemora a nuestros caídos en la guerra de Malvinas, junto al repudio a la invasión británica de nuestras islas, el presidente despliega en un acto oficial la doctrina del colonizador, legitimando la “autodeterminación” de los kelpers. Calificar de cipayo al presidente, tal como lo hizo Cristina Kirchner, es una reacción acertada. El presidente argentino más fotografiado con banderas norteamericanas retorna humillado luego de suplicar a los burócratas del FMI que aceleren el otorgamiento de la nueva deuda. Eso no es todo. Faltaban las declaraciones del enviado especial para América Latina de los Estados Unidos, Claver Carone, quien no trepidó en exigir que Argentina se distancie de China y cancele el Swap. No le importa que sería gravísimo para un país con las reservas en crisis, sostenidas en buena parte por el financiamiento de China, uno de sus principales socios comerciales. A Claver se le nota que no toma a Argentina como un aliado, mucho menos, como amigo, solo es el peón de un tablero global en su guerra comercial contra la potencia adversaria.

Señalábamos en esta columna que Milei debiera mirarse en el espejo de Zelenski, quien ahora “descubre” que solo es un títere descartable a quien extorsionan sin piedad. Pero no solo vuelve de EE.UU sin fotos ni palmaditas, se encuentra con la imposición de los mismos aranceles asignados a toda la América Latina, incluyendo a Colombia y a Brasil, cuyos presidentes son, a sus ojos, unos “comunistas”, a pesar de que no se humillan ante Trump; sosteniendo su dignidad y las de sus naciones. Además, desde el país que idolatra apuntan a una imputación por la cripto estafa.

Mientras tanto, aquí el soneto de la marcha triunfal invencible anarcolibertaria de fines del 2024 se fisura y aísla. Paro y movilización de la CGT, activación del Consejo Interuniversitario, precios de alimentos, bebidas y tarifas para arriba, dólares financieros en alza por el olor del agotamiento del carry trade y una creciente deslegitimación, como consecuencia del descalabro económico y social del modelo de ajuste. Una imagen de gobierno abollada desde aquel oprobioso discurso en Davos, estropeada por la estafa $LIBRA, sumado a su intento fallido de imponer jueces supremos por decreto desconociendo al parlamento. A este cuadro hay que agregarle la sistemática represión a las movilizaciones de jubilados que le valieron una advertencia de la organización internacional Human Rights Watch, que lo instó a revisar el protocolo represivo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

En este contexto de desgaste ante la deriva autoritaria del gobierno, el Senado tuvo una reacción destacable, rechazando los pliegos del juez Lijo y el decretado García-Mansilla, afirmando su rol en el sistema democrático ante el autoritarismo del Poder Ejecutivo. En suma, la pretensión de Milei de tener una Corte Suprema adicta fue derrotada. El opusdeista Garcia Mansilla quedó irremediablemente afuera.

Hasta los totistas de oportunidad que se allanaban a la orden presidencial simbolizada en la frase de “siempre hay que creerle a Toto”, ahora toman prudente distancia, a pesar de lo cual, Caputo Toto sostiene lo suyo: “hicimos más ajuste del que nos pide el Fondo”. Por su parte, Kristalina recogió su clamor: pontificó que “la solicitud argentina es razonable, se lo ha ganado”, lo cual demuestra la ausencia absoluta de la razonabilidad de la burocracia fondomonetarista. Los patotearon y estafaron con M.Macri y ahora se proponen hacer lo mismo con Milei y el Toto. Todo está en riesgo con el proyecto de Milei: los derechos sociales y laborales, el patrimonio público, nuestro reclamo por las Malvinas, el mercado interno con sus pymes y trabajadores y nuestros recursos naturales que se extienden a lo largo y ancho de nuestro país.

Reiteramos que es obligatoria la unidad de las fuerzas políticas, sociales, culturales y democráticas, sin la cual habrá derrota. También un programa que ofrezca futuro y nos saque de la decadencia de una derecha fracasada, y de proyectos populares sin la determinación política de afrontar el conflicto inevitable con los poderosos, en pos de cumplir el compromiso vital de mejorar la vida del pueblo y defender la soberanía y los conceptos fundamentales de igualdad y justicia social.

Nota publicada en Página/12 el 11/04/2025

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