Página/12 | Opinión
En los últimos días se conocieron encuestas que dan ganador a Milei por un par de puntos. A pesar de que el escenario sigue abierto, todo indica que el alivio del primer turno debe transformarse en militancia para asegurar el triunfo de la fórmula Massa – Rossi, asumiendo que el poder y sus múltiples dispositivos económicos y mediáticos no cejarán en su afán por imponerse para tomar el dominio irrestricto del país y sus riquezas. El resultado de las elecciones generó desconcierto y crisis en el dispositivo político de la derecha. La candidatura de Milei se estancó, aunque conservó el importante caudal de las PASO. Sin embargo, los grandes derrotados, con un Macri maquiavélico oficiando de improvisado hechicero, juntaron a Milei y Bullrich en un set de televisión para que se “perdonaran”. Así fue. Un gélido abrazo consagró el contubernio. Lo de fondo es que Macri, como jefe de la derecha anclada en los pliegues del poder económico – mediático, le intervino el discurso, con el fin de borrar su imagen desaforada, para mutarla hacia la de un declarante serio y moderado. La engañosa borratina incluyó el pasaje al arcón de los recuerdos de temas cruciales como dolarización, mercado de órganos y privatización de la educación pública. Va de suyo que las críticas a Zamba y Paka Paka, como aquello de que San Martín no es el padre de la patria, también fueron archivadas.
Fue tan ostensible el viraje hacia el engaño a sus votantes y la opinión pública, que en las propias filas libertarias se inició una suerte de Rebelión en la Granja, como en la novela de G. Orwell, que desnuda la degradación de los poderes inmorales y corruptos. La idea de corruptela no debe entenderse solo para los que roban o coimean. Existen otras conductas inficionadas de inmoralidad: en este caso la mentira a la ciudadanía, a la que un día se la interpela a los gritos, presentándose como quien arrasará con todo lo instituido; y ante el primer contratiempo, en un claro acto de transformismo, pasa a ser un declarante moderado, negando todo lo que les dijo a sus votantes una semana atrás.
En suma, el abrazo oprobioso desnudó la esencia de Milei como personaje fabricado por los medios de comunicación que ampararon y cubrieron sus mentiras presentadas como revolucionarias, cuando en realidad no son más de lo ya marcado a fuego por el sociólogo Discepolín: “Es lo mismo ser derecho que traidor”. Una parte de sus votantes cree que sus ideas presentadas machaconamente con un formato supuestamente irreverente, en realidad no serán llevadas a la práctica. Ese razonamiento erróneo conduce al alivio del potencial votante a Milei: “Lo puedo votar ya que sus dichos y violencias son solo para la vidriera”. Sin embargo, no habría razones para que no se proponga aplicarlas, ya que ese es su pensamiento y su verdadero propósito, más aún si es legitimado por el voto ciudadano. En tal situación, su Vice no trepidará en reivindicar oficialmente a los dictadores Videla y Massera, en tanto él avanzará en su mentada dolarización e impondrá su sistema de vouchers en escuelas y universidades públicas. Siempre lo presentó abiertamente, no dudará en hacerlo. De ocurrir, la resistencia a esas políticas será muy fuerte, como así también la conflictividad social. Así las cosas, los medios monopólicos de comunicación, ya iniciaron la esperada ceremonia de taparse la nariz y apoyar la candidatura Milei – Villaruel. Coherentemente con su aprehensión visceral a los proyectos populares, se deslizan hacia la crítica a Massa copiando la gastada fórmula del anti kirchnerismo, ahora reiterada por el tándem Milei – Mauricio, todo lo cual es acompañado por el silencio cómplice del establishment.
Justamente los grandes empresarios supeditan a sus prejuicios ideológicos sus propios intereses económicos, y ni que hablar los de la nación y su pueblo. Una vez más su silencio expresa la mediocridad intelectual de esa dirigencia y la subordinación a perimidos arcaísmos ideológicos que obturan todo pensamiento racional. Se allanan a que el destino del país sea conducido por un fanático extraviado, con tal de que no sea gobernado por una alianza política democrática y popular con eje en el peronismo.
La fórmula de Unión por la Patria viene siendo consecuente con su línea de trabajo: gestión e iniciativa desde el Gobierno y firmeza ante los inevitables avatares propios de la conducción de un país. En los últimos meses, las medidas para mejorar los ingresos de millones de ciudadanos fueron muy diversas: eliminación del impuesto a las ganancias beneficiando a 800 mil personas, devolución del lVA, aumentos jubilatorios, créditos a tasas subsidiadas, a monotributistas, asalariados y MiPyMEs, para estimular la producción, el trabajo y el consumo.
En otro orden, el Ministro rompió con la opacidad existente frente a los actos delictivos de los núcleos que especulan en el “mundo financiero”, interviniendo sobre la telaraña de cuevas y otros no tan cueveros como los que sobre y sub facturan en el comercio exterior, estafando al estado y la ciudadanía. Massa en su función de Ministro también frenó con autoridad el intento de lock out de las petroleras que actuaron con el doble propósito de siempre: obtener aumentos desmedidos y crear un clima de zozobra para caldear los ánimos electorales.
Resulta imprescindible destacar la separata enviada al Parlamento junto al tratamiento del proyecto de Presupuesto 2024. El propósito es que se pondere la revisión de privilegios fiscales que benefician a diversos sectores económicos injustificadamente, como la exención del impuesto a los bienes personales por los inmuebles rurales en el exterior. Se trata de un despropósito en términos de justicia tributaria. Sin embargo, la SRA y la mesa de enlace salieron a enfrentar la medida con el remanido cuento de que “se ataca a la producción agropecuaria”. Lo destacable en términos políticos es la voluntad de encarar con decisión a estos nudos del poder que fueron distorsionando el sistema impositivo. En esta temática crucial, el Ministro candidato señaló que “se debe definir una matriz tributaria más justa y progresiva”.
Una vez más se trata de convencer, ya que enfrentamos el reto de ejercer el derecho al sufragio decidiendo nuestro futuro y el de la nación.