Devaluación e inflación: un propósito cumplido del presidente Macri

Minuto Uno | Opinión

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Hace un mes largo que sabemos cuál es la inflación de septiembre, porque la sufrimos cada día cuando vamos a hacer las compras. Pero el jueves el Indec publicó su dato fatídico. El IPC dio en promedio 6,5% mensual. La anual ya está en 40,5%. Los precios regulados, o sea los servicios donde el gobierno habilita los tarifazos, tuvo un incremento anual del 52,5%. La inflación núcleo, la que ellos dicen que es «la posta» porque no toma en cuenta los tarifazos dio 7,6%, peor que el IPC. Mirando los rubros, los alimentos subieron 7% en promedio. La ropa 9,8% pero en el GBA subió más: 13,1%. El transporte 10,4% en septiembre, pero en términos anuales se incrementó 58,8%.

Lo de los alimentos es inhumano, en septiembre el pan aumentó 16,7%, la harina 11,7%, el arroz 16,3%, fideos guiseros 20,1%, carne picada 7,7%, pollo 15,8%, hamburguesas 20,4%, leche 8,4%, yerba 9,5%, pañales 15,6%. En el año el pan subió 65,8%, fideos 68,8%, pollo 50%, huevos 76% y aceite 66%. Aquí ya podríamos finalizar la nota, con el consabido «sin palabras», lo cual resultaría verdadero.

Sin embargo, ante esta realidad vale la pena preguntarse, ¿cuál fue la razón, por la que el gobierno se negó terminantemente a incorporar cláusulas gatillo en las paritarias? Ahora se corrió el velo y se aprecia la realidad. El gobierno tenía pensado hacer una fuerte devaluación y una fuerte inflación, con lo cual licuaron el gasto público del Estado y los salarios a las empresas privadas. Única manera de seguir profundizando el ajuste, porque con los tarifazos no era suficiente para el FMI. Igualmente no para: esta semana subió nuevamente el transporte y ya se anunció nueva suba en prepagas. Otro dato dramático: en un año las jubilaciones ya perdieron 16% del poder adquisitivo, es como si los jubilados ganaran un 16% menos. De aquí surge una triste paradoja: en la época de la Alianza I, Patricia Bullrich era la ministra de Trabajo y les recortó el 13% a los jubilados y trabajadores estatales. Ahora en vez de 13 les bajaron 16. Y la que era ministra de Trabajo ahora es ministra de Seguridad, preparándose para actuar.

Surge otro interrogante crucial: ¿la inflación fue buscada por el gobierno o se desbordó? Todo indica que fue una acción política deliberada. Primero que nada para hacer el ajuste, y el segundo propósito propagandístico: poder mostrar el año que viene -en la recta final de la elección presidencial-, que la inflación será menor a la de este año. Por eso los precios mayoristas volaron en septiembre, dieron 16% de incremento en un mes. La variación anual está entre los 74% y 78%, según el índice que se tome. Los precios mayoristas son insumos para producir los bienes que luego llegan a la góndola. Por ello es preocupante, porque inevitablemente se trasladarán al minorista

A pesar de estos resultados la mayoría de la corporación mediática defiende al gobierno, sin embargo los capitalistas del mundo, «los Wall Street» ya hablan de «hiperinflación en Argentina». Y no lo dicen porque sean tirabombas, sino por el contrario, se trata de un concepto técnico. La norma dice que es hiperinflación si en tres años sumados supera el 100%. Muchas de esas multinacionales operan en Argentina, y allá ponen en sus balances que estamos en hiper, aunque acá se queden callados y aplaudan al gobierno en los coloquios y ante las cámaras.

Si alguien faltaba era la CEPAL, que recalculó sus estimaciones de crecimiento para la Argentina. Hasta hace poco decía que este año caíamos –0,3%, pero ahora dice que caeremos –2,8%, una muy gradual corrección. Y el año que viene caeremos –1,6%.

Ahora el punto político central es el presupuesto anterior al dólar a 40, sobre todo en el acuerdo con el FMI que se cocinó en Washington. Primero lo elaboran en aquella metrópoli y luego se lo acercan a nuestros parlamentarios para que levanten su mano.

De afuera nos ven sin las anteojeras de la corporación mediática. El Foro Económico Mundial hace un ranking anual de 140 economías. En «estabilidad económica», que básicamente mide inflación y deuda, estamos en el puesto 136, es decir, somos de las peores economías del planeta. Para completar la escena discepoliana, el ministro Nicolás Dujovne dijo solemnemente: «a la inflación, yo la estoy viendo bajar».

Nota publicada en Minuto Uno el 24/10/2018

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