Ante un auditorio colmado, el 26 de mayo se realizó en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) Floreal Gorini la presentación en Argentina del libro «El pensamiento económico de Hugo Chávez», de Alfredo Serrano Mancilla, a cargo de un panel conformado por el autor de la obra, el diputado nacional y director del CCC, Juan Carlos Junio; el periodista Pedro Brieger y el pedagogo Pablo Imen, integrante de la dirección del centro cultural.
«Para nuestro centro cultural editar esta obra es un hecho de gran trascendencia. Valoramos muy sustancialmente el trabajo de investigación que hizo Alfredo desde el punto de vista de encontrar las raíces, la historia y la articulación del pensamiento económico de un hombre que, obviamente, fue un gran líder político continental de nuestra época, que transitó por la economía sin ser un economista profesional», afirmó Junio en la apertura de la actividad, coorganizada con la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad – Capítulo Argentino.
Junio, quien recordó además el paso de Hugo Chávez por el Centro Cultural de la Cooperación en 2003 y 2007, destacó que el libro de Serrano Mancilla «analiza a la Economía como parte de la Ciencia Política» y señaló que «Chávez encarnó, quizá como nunca, esa unión, esa síntesis, entre la economía y la política, y si bien puede parecer un valor conocido, sin embargo es imprescindible destacarlo ya que, como en otras áreas, la estrategia cultural e ideológica del imperialismo fue la escisión de las distintas ramas de la ciencia y de las artes, de la política. Escindirlas y transformarlas en una suerte de analitismo teórico, para que no sean un instrumento para la lucha y la transformación social-cultural-revolucionaria». «La unión de lo social, lo cultural y lo político en Chávez, esa encarnadura, es un valor que tenemos que rescatar. Fue quizás el hombre, de los líderes políticos de nuestra época, que fue más capaz de inventar en ese sentido, ya que no sólo sintetizó a la economía con la política, sino que se tomó en serio el desafío de Simón Rodríguez de que hay que inventar para no errar», agregó en el mismo sentido.
A su turno, Serrano Mancilla explicó los motivos que lo llevaron a encarar la obra: «Me preocupé mucho cuando la muerte del Comandante, porque entendí que había un exceso de construcción simbólica de un mito, potencialmente alejado de su legado programático. Porque Chávez no solo quiso ser un mito, Chávez quiso dejar un legado programático», rememoró. «Quería entender a Chávez desde Chávez y ése es un poco el objetivo del libro, dejar, en la medida de lo posible, en mi mochila, las epistemes y acercarme de la mano de Chávez a su infancia en aquel pueblito, en Sabaneta; cuando se va a Barinas, y cuando se va a hacer militar. Chávez va conformando su pensamiento político y económico a partir de lo que va viviendo, de cómo va viviendo ese joven que vendía barriletes para ir ganándose la vida, para conseguir un poquito de dinero para ayudar a su abuela. Chávez no tiene que dar ningún triple salto mortal para entender la situación diaria, cotidiana, de la economía de la mayoría social venezolana de los años cincuenta, sesenta, setenta. En El Pensamiento Económico de Chávez está la obsesión que tenía por la economía del ahora, del ya, de la urgencia, dicho de otro modo: Chávez decía que el futuro dependía de cómo se solucione el presente», comentó el autor.
Durante su intervención, Serrano Mancilla hizo especial hincapié en la fijación del líder bolivariano por cuestionar «el expertise» de los economistas ortodoxos. «A Chávez lo que le interesaba era explicar a la mayoría, a sus ciudadanos, y ésta es la parte pedagógica de la economía. Para Chávez no había política económica correcta si ésta no venía acertada de una explicación correcta, no valía la mejor de las fórmulas matemáticas para renegociar la deuda, para hacer un nuevo Banco Central o para luchar contra la inflación, si ésta no era entendida por la mayoría. Por eso Chávez arrebata algo que es jodido para la hegemonía, arrebata el monopolio de los expertos», subrayó.
Por su parte, Imen, especialista en Educación y vínculo entre el CCC y el Centro Estratégico Latinoamericano Geopolítico (CELAG) que dirige Serrano Mancilla, sostuvo que «un gran aporte del trabajo de Alfredo es articular en un relato lo ético, lo económico, lo político y lo estético» y resaltó como méritos del texto «explicar en términos claros aspectos sustantivos de la economía para poder entenderla» y «la capacidad de generar nuevos enfoques en el análisis de la economía y de construir nuevas categorías teóricas». «El enorme esfuerzo de Alfredo combina el rigor analítico con la intuición y la creatividad, que es parte del trabajo intelectual, y por lo tanto propicia un ejercicio epistemológico subversivo donde se juntan la política y el amor de Alfredo por Chávez y por el chavismo y, a pesar de ese amor, no se dejan de ver las tensiones y contradicciones, ni de valorar el esfuerzo transformador», concluyó Imen.
Durante su intervención, Brieger, periodista y analista de política internacional, afirmó: «Me parece muy elogioso que Alfredo se haya atrevido a escribir un nuevo libro sobre Chávez porque se ha escrito mucho sobre él, y creo que Alfredo eligió una veta muy original y atrevida. El libro responde muy bien y de una manera muy poco heterodoxa al pensamiento económico de Chávez». «Como ninguno, Chávez ha sabido construir una visión estratégica regional. El concepto de Sur, que Alfredo rescata una y otra vez, muestra un pensamiento estratégico y la construcción de un bloque contra-hegemónico; y este proceso de construcción Alfredo lo explica muy bien a lo largo del libro y creo que ahí es donde se ve el pensamiento económico de Chávez», añadió Brieger. «Alfredo interpela a Chávez desde otro lugar para mostrar que el pensamiento económico no es saber matemática o dar una respuesta respecto de la inflación, sino que la economía está articulada con la política día a día», remató el periodista.