Massa y De Mendiguren ya anuncian que si son Gobierno derogarán la Ley de Abastecimiento votada por el Parlamento

Los diarios de hoy consignan que el diputado Sergio Massa, quien no hizo uso de la palabra durante el debate en el recinto de la Cámara de Diputados, adelantó que si resulta electo Presidente, en 448 días, derogará la ley de Abastecimiento. Su compañero de bancada, José Ignacio De Mendiguren, inmediatamente se sumó a la decisión de su jefe político, señalando: “si el Frente Renovador llega al poder en el 2015 anularemos esta ley”.

Por Juan Carlos Junio

La posición de Massa resulta coherente con sus posturas de los últimos tiempos. En una reciente conferencia junto a Luis Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina, utilizó los argumentos de la revista “The Economist” para criticar al gobierno nacional, convocando a “construir confianza hacia los mercados internacionales” y coincidió con los empresarios en la necesidad de bajarle los impuestos a sus empresas y las retenciones a los productos agropecuarios, asumiendo el reclamo de la Sociedad Rural. No resulta extraña la posición del candidato presidencial, teniendo en cuenta que anteriormente había calificado el proyecto de Ley como un “viaje a la Venezuela Chavista”. Sin embargo, lo que ahora resulta impugnable es su falta de espíritu democrático, ante el pronunciamiento de ambas cámaras que votaron mayoritariamente aprobando la ley. El diputado Massa, quien integra el cuerpo, la rechaza y amenaza con derogarla.

Además, como diputado de la Nación y miembro conspicuo de la Unión Industrial Argentina (UIA), De Mendiguren debiera considerar que la sociedad espera que la UIA se retracte del pronunciamiento antidemocrático de su Presidente Héctor Méndez, quien descalificó que las mayorías parlamentarias “actúan con obediencia debida”.

La imputación de este concepto -utilizado vehementemente por la dictadura cívico militar- a un núcleo numeroso y representativo de Diputados de la Nación implica una visión oscurantista que nos remite a un pasado que toda la sociedad democrática rechaza por su significado autoritario y regresivo. La demanda de una retractación institucional se fundamenta además, en el hecho incontrastable de que el señor Méndez no es un dirigente cualquiera, sino el presidente de la entidad, elegido por sus cuerpos legales.

En el plano estrictamente político resulta obligatorio registrar Méndez ha alcanzado una verdadera hazaña: logró quedar más a la derecha que la Sociedad Rural, cuyo presidente se diferenció rápidamente del titular de la UIA.

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