El diputado por Nuevo Encuentro dice que el macrismo tiende a expulsar a los sectores vulnerables. Critica la gestión del ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi por el desalojo de la Sala Alberdi y el cierre de talleres barriales.
El diputado nacional de Nuevo Encuentro recibe a Diario Z puntualmente en su despacho del Centro Cultural de la Cooperación, que preside desde hace años y se presta a hablar de todo: desde la tremenda inundación que afectó hace días a los porteños hasta la elección del nuevo Papa.
¿Cómo evalúa la actuación del gobierno porteño en la última inundación?
En la Ciudad de Buenos Aires hubo una improvisación manifiesta e irresponsable. Más allá de los problemas de infraestructura, se subestimó el alerta meteorológico que les habría dado la posibilidad a los ciudadanos de protegerse y tomar recaudos mínimos que habrían reducido los daños. La ineficiencia fue dramática: Macri ya sabía que este año iba a haber seis grandes lluvias. Y después del temporal, demostró una actitud distante y fría hacia la ciudadanía y tuvo una conducta elusiva. Les echó la culpa al cielo y a Cristina Fernández de Kirchner por lo ocurrido. Lo del cielo, vaya y pase. Responsabilizar al gobierno nacional fue demasiado.
¿Qué opina de la gestión de Macri?
Macri tiene un enfoque de ciudad elitista que se va manifestando cada vez más claramente. Vivimos en una ciudad en la que se va expulsando a los sectores más modestos, humildes, vulnerables y va quedando una ciudad integrada por otros sectores sociales. Lo que él llama “el modernismo” que no tiene nada que ver con una auténtica y verdadera modernidad a la cual nosotros no nos oponemos. Pero esto es una distorsión de la idea de la modernidad. Hay un sinfín de medidas que abonan esta ideología, algunas son muy recientes y muy explícitas como el aumento del subte. Si uno toma la expulsión de usuarios que generó el primer aumento más la que prevé para el segundo, vamos a tener una 35 por ciento menos usuarios en el subte, que es una cifra fenomenal. Si finalmente se concreta, van a quedar en el subte otros sectores sociales y los expulsados van a tener que ir a otro lado que básicamente son los ómnibus que subsidia la Nación.
Macri viene ganando elecciones desde hace tiempo, ¿no debe el progresismo hacer una autocrítica de su rol en el distrito?
Acepto que la falta de satisfacción es un componente. De cualquier manera, creo que el advenimiento del macrismo tiene que ver con que él empezó en Boca como gran fenómeno con las ideas de los 90, con el triunfo ideológico y cultural del neoliberalismo en el mundo, en nuestro país y en nuestra ciudad entonces él es el emergente de ese tipo de ideas, de ese tipo de valores culturales y hábitos de vida. Macri representó y sigue representando eso. En el mundo, en América y en esta Nación eso está siendo vulnerado por otro proyecto de carácter político cultural que para nosotros aquí es el kirchnerismo.
Y usted dice que la Ciudad va a contramano de ese proyecto.
La Ciudad va a contramano, a nuestro juicio, de un proyecto de progreso, de ruptura con el modelo neoliberal no sólo en términos económicos en pos de un modelo de carácter redistributivo, de justicia social, de atención y asignación de recursos a los sectores más vulnerables. O sea, una fuerte tendencia a una sociedad más igualitaria donde se eliminen precisamente o se amortigüen las grandes diferencias sociales. Aquí hay una visión de carácter elitista y muy asentada en esos valores que tienen un arraigo en una parte de nuestra sociedad. Por eso tiene éxito electoral, lo cual no se puede negar, es obvio. Volviendo a la pregunta del progresismo, creo que tenemos que ir a un proyecto fuertemente progresista que pasa por las cosas que mencioné antes, una sociedad donde también tendamos a avanzar en un proceso igualitario. Y eso pasa por tener otras políticas de seguridad que no privilegien la represión, sino una visión comprensiva que permita resolver los conflictos sociales, que son inevitables en todas las sociedades.
Ningún sector parece tener respuesta a la cuestión de la seguridad.
Exactamente. Es bien complejo el tema. Por eso yo decía que hay un problema ideológico y cultural en el que nosotros tenemos que librar una lucha franca y sincera por recuperar otro tipo de valores en la sociedad, por lo menos con una parte de la sociedad, porque tenemos que reconocer que es probable que siempre haya una parte de la opinión pública que defienda valores que están en la antítesis de los democráticos, distributivos y de justicia social. Hay una cuestión de coyuntura que me preocupa particularmente, que es la represión a los jóvenes de la sala Alberdi. Creo que el macrismo ha manejado muy mal este conflicto porque siempre ha tenido una visión de denostar a los jóvenes trabajadores y de la cultura que están ahí. No se ha resuelto nada y todo se agrava, pero lo peor es la respuesta de la represión brutal, nosotros lo vivimos porque estamos enfrente. Lo cierto es que mi preocupación como la de tantos es el hecho de que se va instituyendo, sistematizando una respuesta represiva al conflicto. Aquí hay una visión represiva, reaccionaria, yo diría prácticamente de carácter oscurantista, y por otra parte son núcleos culturales, no se puede dar respuesta a trabajadores que están desplegando una actividad cultural con la represión.
¿Cómo definiría la gestión de Hernán Lombardi al frente de Cultura?
Como no podría ser de otro modo, la definiría similar a los otros enfoques que tiene el gobierno de Macri, es una gestión que también desprecia y rechaza todo lo que sea mecanismos de participación, porque está en la esencia de su ideología. Una de las medidas más fuertes que tomó este gobierno de la ciudad fue el intento de eliminar los talleres culturales de los barrios y, aunque no lo logró totalmente porque hubo una gran lucha de los trabajadores y de los vecinos, los redujo en una parte muy importante. ¿Por qué reducir una estructura desarrollada de participación de los ciudadanos de la ciudad en talleres de cultura en los barrios? Bueno, eso es porque tiene un rechazo ideológico a que los ciudadanos sean protagonistas y participen y tiene una visión regimentada del manejo de la cultura. Ahora hay una reducción presupuestaria de las orquestas juveniles, lo cual también muestra un rasgo regresivo. Él habla de la austeridad económica y rechaza y cierra orquestas juveniles. Me permito preguntarme: ¿cuál es la obra cultural que está dejando luego de un lustro el gobierno de Macri?
¿Qué opina de Francisco, el nuevo papa argentino?
Creo que hay que tener en cuenta una primera mirada que es la trayectoria y el papel de Jorge Bergoglio para los argentinos durante estos cincuenta años de trayectoria. Nosotros no podemos sustraernos a eso, pero es cierto que hay un nuevo momento absolutamente distinto que será su función como Papa. En la primera parte no puedo más que tener una visión muy crítica de Bergoglio, porque es una expresión de la cúpula de la Iglesia argentina, que sin embargo tiene matices respecto de otros. Porque uno no puede dejar de decir que es distinto que monseñor Aguer, que creo que es un fascista confeso. La cúpula de la Iglesia argentina ha tenido casi a lo largo del siglo XX una visión conservadora y retrógrada y Bergoglio ha sido también expresión de eso, de fuerzas de derecha. Ahora bien, hechas entonces todas estas salvedades –que son mi mirada sobre este período– viene lo otro, porque es tan fenomenal el cambio entre las funciones que cumplió Bergoglio ahora y las que va a cumplir como Papa de una feligresía de mil doscientos millones de católicos, con todas las complejidades y la tremenda crisis que tiene el Estado Vaticano. Teniendo en cuenta esa grave situación es posible que se genere una expectativa, que sea un Papa que actúe sobre todos esos fenómenos en forma diferenciada de los papas que lo precedieron.
Juan Carlos Junio: 27 preguntas de la A a la Z
El diputado por Nuevo Encuentro responde el cuestionario de Diario Z.
A. Edad: Poca, tengo 65.
B. Barrio donde vive: Soy de Colegiales, pero vivo en Parque Chas.
C. Estado civil: Casado.
D. Signo: Tauro.
E. Religión: Soy de origen judío y ateo.
F. Equipo de fútbol: Boca.
G. ¿Sus hijos van a escuela pública o privada? Mis dos hijos fueron a escuela pública.
H. Nivel educativo: Profesor de historia, graduado en la UBA.
I. ¿Cree en la amistad entre el hombre y la mujer? Yo diría que sí.
J. ¿Tiene algún vicio que le gustaría dejar? Fui un gran fumador y ya lo dejé.
K. ¿Hace terapia? ¿Hace cuánto tiempo? Hice alguna vez, pero muy poco.
L. ¿Qué está leyendo ahora? Cómo funciona el mundo, de Noam Chomsky.
M. ¿Cuál es su lugar preferido de la ciudad? Mi barrio de Colegiales.
N. Infusión favorita: Soy fanático del mate.
Ñ. De chico, ¿qué quería ser cuando fuera grande? Médico.
O. Dibujito animado preferido: No tengo.
P. Una salida nocturna: Voy al cine.
Q. Su comida preferida: Asado.
R. Un defecto: La inmodestia.
S. Una virtud: El amor a la lectura.
T. Un personaje preferido de la historia: Mariano Moreno.
U. Un hecho que le cambió la vida: El nacimiento de mis hijos.
V. ¿A qué hora se acuesta y se despierta? Me despierto a las 7 y me acuesto a las 12.30
W. ¿Cena en su casa? No. Ceno haciendo política.
X. Un programa familiar preferido: Juntar a mi mujer y a mis hijos el domingo para un asado.
Y. Una cábala: No tengo.
Z. ¿Cuál fue su primer trabajo y a qué edad? A los 16 años como cadete en una caja de crédito.
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