La disposición de préstamos hipotecarios para la vivienda en la actualidad está muy por debajo de las necesidades de la población, si bien se evidencia un mayor dinamismo particularmente de los bancos públicos.
En general las tasas son altas, desalentando los préstamos a largo plazo, aunque corresponde aclarar que para que se expandan se requieren ahorros a largo plazo.
En el análisis de la temática de préstamos para vivienda existe un parámetro extra financiero que es determinante a la hora de definir las posibilidades de acceso: la relación de los niveles salariales con respecto a los costos de las viviendas, una correlación que en la actualidad desalienta en gran medida las operaciones crediticias.
Por ello se requiere una activa participación del Estado con planes de viviendas populares y programas con bajas tasas de interés que permitan el acceso de la mayor cantidad de familias. El Plan Pro.Cre.Ar. es un valioso avance en este sentido.
En nuestro proyecto de ley de servicios financieros establecemos menores tasas de interés para los préstamos hipotecarios de menor cuantía, así como disposiciones para que los bancos incrementen sus préstamos a la vivienda.
Con la nueva ley del mercado de capitales se abre también una importante gama de posibilidades para generar ahorro a largo plazo que pueda ser destinado al financiamiento a la vivienda. El acceso a la casa propia sólo puede lograrse a través de herramientas específicas y de amplio alcance diseñadas por el Estado, ya sea en los aspectos edilicios como en la financiación. En este último aspecto, tanto los bancos como el mercado de capitales pueden contribuir positivamente al financiamiento de la vivienda popular, en la medida en que actúen en sintonía con los planes desarrollados por el gobierno.